Todo
movimiento ondulatorio tiene energía asociada a él. La energía que
recibimos del Sol y los efectos destructivos del oleaje y los
terremotos lo atestiguan. Para producir cuales quiera de los
movimientos ondulatorios que hemos visto en este capítulo,
necesitamos aplicar una fuerza a una porción del medio de la onda;
el punto de aplicación se mueve, así que efectuamos trabajo sobre
el sistema. Al propagarse la onda, cada porción del medio ejerce una
fuerza y realiza trabajo sobre la porción adyacente. De este modo,
una onda puede transportar energía de una región del espacio a
otra. Como ejemplo de las consideraciones de energía en el
movimiento ondulatorio.
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